Cómo se quita el hipo es una de las cuestiones más buscadas en las redes. Y, es que, aunque a día de hoy se sabe que puede haber muchísimas causas exactas por las cuales aparece el hipo, sí que existen algunos métodos concretos que pueden ayudar a calmarlo.
Quitar el hipo, ¿cómo hacerlo?
De por sí, el hipo es un movimiento involuntario que eleva el diafragma, contrayéndolo de forma súbita en mitad de una respiración. A su vez, se produce un ruido que corresponde al cierre de las cuerdas vocales. No es doloroso pero sí que puede llegar a incomodar al que lo padezca. Suele durar unos minutos, aunque se han visto casos en los que el hipo no se ha calmado al pasar varias horas.
¿Qué se puede hacer para calmar el hipo? Algunos remedios populares y técnicas conocidas son las siguientes.
Respirar profundamente
Con esta técnica, habrá que simular una respiración. Se debe inhalar muy lentamente hasta llenar al completo los pulmones, incluso usando el abdomen, durante cinco segundos y después se debe contener la respiración durante otros cinco. Al exhalar el aire, habrá que tapar la nariz y la boca, además de mover el diafragma como si se estuviera respirando. Es importante repetir esta práctica al menos 5 veces.
Provocar el eructo
En estos casos, es imprescindible aprender a tragar aire. Como si se tuviera alimento en la boca, se debe hacer el movimiento de la deglución, echando la lengua un poco hacia atrás. Es importante tragar suficiente aire para provocar el eructo.
Taparse los oídos y beber agua
Investigadores de los hospitales de Gloucester y Worcester han concluido que este puede ser uno de los remedios definitivos. Se cogerá un vaso rellenado hasta la mitad con agua. A continuación, habrá que colocar una pajita en el vaso. Es recomendable tapar ambos oídos mientras se sorbe el agua de muy lenta y constante.
Aguantar la respiración
Este es uno de los clásicos, pero no por ello puede ser menos efectivo. Es muy sencillo de realizar, ya que tan solo la persona debe taparse la nariz y aguantar tanto tiempo como se pueda. Se puede repetir varias veces.
Beber agua con el cuerpo inclinado
Rellenar un vaso entero con agua. Al beberlo lentamente es importante inclinarse hacia adelante o hacia abajo, pudiendo alternarse. Hacerlo hasta terminar de beber agua. Esta técnica puede ayudar a relajar el diafragma.
Estirar el diafragma
Como el músculo del diafragma es el que está alterado, se produce el hipo. Entonces, puede ser una buena solución proceder a inhalar lentamente aire hasta sentir que no se puede llenar más (sin tener que respirar con el abdomen, a diferencia del ejercicio anterior). Posteriormente, se debe mantener el aire durante 30 segundos y exhalar.
Comer una cucharada de azúcar
Se puede realizar este ejercicio con otros alimentos que contengan azúcares simples, como puede ser la miel, la manteca de cacao o la nutella. Esta técnica permite relajar los nervios que controlan el diafragma, al sobrecargarse los nervios gustativos de la boca.
Es importante tomar una cucharadita colocándola en la lengua y dejando reposar el alimento durante varios segundos. Sin masticarlo, es importante tragar el bocado. Es relevante que la saliva ablande el alimento para que pueda tragarse más fácilmente.
Ser asustado
Al recibir un buen susto, se libera una gran cantidad de adrenalina. Esto provoca que los músculos se contraigan en un primer segundo, pero que después se relajen enormemente, pudiendo afectar también al diafragma. Por supuesto, es importante que una persona asuste a la que tenga hipo sin avisar.
Si el hipo persiste durante muchas horas o incluso días, es relevante acudir a un médico. Saber cómo se quita el hipo es clave para evitar muchos momentos embarazosos.