El embarazo psicológico, también conocido como embarazo utópico, se produce cuando una mujer tiene la sensación de estar embarazada pero no es así.
Quiénes padecen el embarazo psicológico
Las mujeres que son más sensibles a este tipo de trastorno son aquellas que quieren quedarse embarazadas con un enorme deseo y, sin embargo, no lo consiguen. Esto se puede deber a que son estériles o a que su edad ya no lo permite de una forma segura o natural. El problema se acentúa de forma importante en el momento de la menopausia.
Otro grupo que puede parecer sorprendente que padezcan este problema son las mujeres que no quieren quedarse embarazadas. Por este motivo estas mujeres viven en un permanente estado de miedo por quedarse en estado, lo que las hace más sensibles a padecer el trastorno. Afecta especialmente a las mujeres recién casadas y a las jóvenes que no está casadas.
También se puede padecer en aquellas mujeres que cuentan con un enorme deseo de formar parte de la experiencia del embarazo de un familiar o de una persona conocida.
Cuáles son los síntomas
Se ha demostrado en numerosas ocasiones que la mente puede influir en gran medida sobre el cuerpo, provocando unas reacciones que son llamadas psicosomáticas. Cuando una mujer tiene un gran deseo de tener hijos pero no lo está consiguiendo puede sufrir de ansiedad y estrés.
Lo cierto es que, bajo el deseo o el miedo de ser madre, las hormonas sufren un descontrol, lo que supone también un desajuste en el funcionamiento de los ovarios. Estos desajustes provocan un gran número de manifestaciones físicas iguales a las que sufre una mujer que está realmente embarazada, pudiendo incluso llegar a dar positivo en el test de embarazo.
– Ausencia de menstruación. Puede llegar a tener una duración de nueve meses, los mismos que dura el periodo de gestación.
– Modificación en las glándulas mamarias. Tal y como se fuera durante el embarazo, los pechos se vuelven más turgentes, llegando a producir leche y calostro.
– Se puede sufrir una sensación subjetiva de estar teniendo movimientos fetales.
– Vómitos y náuseas. Es frecuente que se sufra problemas de apetito y constipación.
– El aumento de peso que se puede sufrir en muchas ocasiones es mayor que el que sucede en los embarazos reales.
Tratamiento del embarazo psicológico
El tratamiento que se puede adoptar para este trastorno es variable. Se realiza en función del origen del problema, motivaciones que tenga el propio paciente así como la intensidad de los síntomas y la propia personalidad de la mujer.
En la gran mayoría de las ocasiones basta con una simple prueba objetiva para hacerles ver que realmente no están embarazadas.
El embarazo psicológico es un problema más real de lo que se pueda pensar y es necesario darles apoyo para superarlo.