El embarazo y la alimentación son algo muy a tener en cuenta. Es importante llevar una alimentación sana junto con unos hábitos saludables para que el embarazo se desarrolle de una forma normal y correcta.
La alimentación durante el embarazo
Cuando surge la noticia de que la mujer está embarazada, tanto ellas como los hombres se empiezan a preocupar de cuidar la alimentación. Esto es una muy buena idea ya que, una vez que nazca el bebé, ya se habrán adquirido unas costumbres que también serán buenas para el niño.
Hay una serie de recomendaciones que son muy útiles para que, junto con una vida activa, si el médico no restringe la actividad física, el embarazo vaya a buen ritmo.
La hidratación
La época de embarazo se trata de una etapa que es una verdadera prueba de esfuerzo físico y mental. La piel se estira poco a poco a medida que se va adaptando a las formas que el útero va adquiriendo para permitir el crecimiento del bebé.
Por este motivo es importante mantener el cuerpo correctamente hidratado tanto por fuera, a través de cremas hidratantes, como por dentro aumentando la cantidad de agua diaria que se ingiere. La cantidad recomendada de agua diaria durante el embarazo debe estar entre los 8 y los 12 vasos aunque sea algo más incómodo beber cuando no se tiene sed.
Otra buena opción es tomar infusiones siempre y cuando sean sin azúcar y siempre de forma moderada, y también se puede ingerir leche desnatada.
Es importante evitar en todo lo posible la consumición de bebidas azucaradas ya que solo aportan calorías vacías que tendrán como consecuencia la descompensación de la alimentación. En este punto también se incluyen los zumos.
Qué se debe comer
En los últimos años, toda la comida que es ingerida se mide en la cantidad de calorías que aporta al organismo, pasando a ser la unidad de medida más utilizada en los países occidentales.
Como norma general, una embarazada tiene que aumentar la ingesta de calorías en 300 kilocalorías diarias durante los dos últimos trimestres del periodo de gestación, siempre y cuando no aparezcan problemas médicos o alguna patología adicional como es el caso de la diabetes gestacional.
Este aumento de calorías tiene que venir del consumo de alimentos sanos, para lo que es importante seguir estas recomendaciones:
– Se pueden obtener a través del consumo de productos vegetales, como son las verduras, las hortalizas, la fruta y las legumbres. Es importante evitar en todo lo que se pueda los alimentos procesados, ya que son ricos en grasas y azúcares simples.
– Alimentos grasos recomendados. Aceites de oliva y de girasol, carnes magras, frutos secos, aguacate, yema de huevo y pescados blancos.
– Alimentos grasos a evitar. Bollería industrial, pescados azules, embutidos, postres lácteos, patés y fiambres.
– Fibra. Durante el embarazo es bastante frecuente sufrir episodios de estreñimiento que pueden ser muy molestos. Para evitar esto, es importante que no se descuide el aporte de fibra que se realiza al organismo. Este aporte se puede realizar a través de hortalizas, verduras, frutas y tubérculos.
– Proteínas. La dieta mediterránea ya tiene el aporte de proteínas necesarias para toda la población, por lo que las mujeres embarazadas ya tienen, en principio, la cantidad necesaria. Cabe recordar que los alimentos que más proteínas aportan son los huevos, los pescados, las carnes y las legumbres.
Qué se debe evitar
Hay que reducir al máximo posible, llegando incluso a eliminarlo totalmente, las bebidas estimulantes como el café, el té, las bebidas energéticas y los refrescos. Este tipo de bebidas están asociadas a efectos perjudiciales para el bebé.
Se trata de algo más que evidente y conocido, pero es importante eliminar tanto el consumo de tabaco como de alcohol. El hecho de consumir estas sustancias puede afectar al desarrollo del bebé, surgiendo problemas de salud desde el nacimiento, problemas estructurales, malformaciones físicas e incluso puede provocar la muerte.
Los productos azucarados como las chucherías o la bollería industrial aportan calorías vacías sin apenas nutrientes que sean necesarios para el cuerpo o de muy mala calidad.
Embutidos y fiambres. Es un alimento que no solo se debe evitar o reducir durante el embarazo, sino siempre. Cuentan con un alto contenido en grasa y, además, tiene riesgo de contraer la toxoplasmosis.
Las nueces de Brasil, el hígado, que cuenta con un alto contenido en vitamina A y las algas, que poseen un alto contenido en Yodo, también se deben eliminar de las dietas durante el periodo de gestación.
Las carnes tienen que estar bien cocidas. Nunca se deben consumir crudas o poco hechas porque puede suponer un riesgo de contraer la toxoplasmosis. Lo mismo ocurre con los quesos sin pasteurizar.
Estas son algunas recomendaciones sobre el embarazo y la alimentación que toda embarazada debe tener en cuenta para que la dieta ayude a tener una salud fuerte para soportar el esfuerzo al que está sometido el cuerpo durante el periodo de gestación.